Agustín García Calvo y la política

06.11.2012 20:17

De los sufrimientos y las miserias propias y ajenas se vino a desarrollar su interes por la política, no la que hacen los políticos sino la que viene de abajo, del pueblo. En nombre de la libertad, fue tan contrario a la dictadura como a la democracia, a la que consideraba una forma eficaz de convalidar las convenciones sociales. Acerca de las revueltas estudiantiles de los sesenta declaraba: «Lo recuerdo no como una historia, lo estoy recordando constantemente como algo vivo. Como un testimonio de que a pesar de toda la potencia, toda la imposición del aparato del poder, siempre queda algo que está vivo, que se remueve y que puede, ocasionalmente, levantarse contra ello». «La revuelta estudiantil del 65 no fue una revuelta antifranquista como muchos creyeron. Fue una revuelta contra el Nuevo Régimen, el que actualmente padecemos, y que finalmente se ha consolidado en todas las democracias desarrolladas, y su primera característica es que fue inesperada. El Nuevo Régimen, en el que estamos inmersos ustedes y yo, ya que acabó triunfando abrumadoramente, es el Régimen del Dinero; se puede decir que la pesadilla en la que andamos sirve de ejemplo dramático.» «Me sentí arrastrado por los estudiantes y, desde entonces, estoy viviendo de esto, tratando de descubrir la falsedad de lo que nos están contando. Por fuerte que se imponga el Poder siempre se le puede sorprender y coger por algún lado. »

Identificado, no podía ser de otro modo, con el movimiento del 15 M, arengó a favor de su continuidad evitando el error de ser asimilado por el sistema al convertirse en partido político porque “la auténtica rebelión contra el Orden no puede hacerse con las armas del enemigo”. Y añadía: «Lo más vivo y lo que más vale de esta rebelión de gente menos formada -llamarlos jóvenes me suena a fascista- es que los que empezaron con esto no sabían lo que hacían. Lo importante es que no estaban obedeciendo a planes previstos, sino que les venía de más abajo, provocado por un descontento contra el régimen del bienestar, el que nos ha tocado padecer en estos años». «El movimiento debe perder el miedo a acabar con la democracia».