El menosprecio a la creatividad de la escuela tradicional

04.02.2013 22:27

La educación actual es hija de la industrialización y tiene como finalidad crear un producto altamente perfeccionado dotado de dos cualidades principales: habilidad lingüística y habilidad lógico-matemática. Se diría que la escuela tiene como finalidad la producción de profesores universitarios y expulsar, como si de subproductos se tratara, a los que no dan la talla. Durante el proceso se desperdician y mutilan traumáticamente otras inteligencias: intrapersonal, interpersonal, corporal-cinestésica, espacial, existencial, naturalista y musical...

El resultado de esta educación inacabada o imperfecta, dicho en su sentido etimológico, es este modo de vida medioambientalmente insostenible, cruel con nuestros semejantes y de una lógica egoista e individualista que induce al que es poderoso a la corrupción y al más débil a la resignación, al desánimo, a la pasividad y cosas peores. 

Ken Robinson en esta conferencia aboga por preservar la psicodiversidad humana, sobre todo porque son impredecibles los retos que deberemos afrontar como humanidad en el futuro, y conceder a la creatividad en la escuela la misma importancia que a la alfabetización y las matemáticas. Y lo mejor es que exhibe un excelente sentido del humor británico.

Y mientras neurólogos, psicólogos, pedagogos hablan de una educación variada, Wert, a contra corriente, propone para combatir el fracaso escolar doble ración de matemáticas y lengua española, a costa de educar a ciudadanos pensantes, no sea que con la demagogia de los medios de comunicación que controlan no baste para asegurar futuras mayorías absolutas.

El paro, el aumento en la ratio y el menú a pan y agua sólo van a tener una consecuencia: duplicar el fracaso escolar. Esto lo sabe cualquier maestro pero no un ministro.