El porqué de las faltas de ortografía

18.02.2013 12:49

 

 

¿Por qué cometen los alumnos tantas faltas? ¿Por dejadez y falta de pudor? ¿Por contagio del uso del móvil? ¿Por rebeldía? ¿Porque para eso está el corrector del procesador de textos? ¿Porque ya no se hacen dictados? ¿Por desconocimiento de la etimología y falta de "amor a la palabra? ¿Porque los pensamientos que se trasmiten son tan simples que no hay peligro de caer en la ambigüedad? ¿Porque los profesores nos hemos vuelto permisivos?

Las faltas de ortografía son un síntoma más de la decadencia de la cultura del Libro, junto con las faltas de prosodia, los errores gramaticales, el empobrecimiento léxico y el bajo nivel de comprensión lectora. En el bachillerato de la educación tradicional, el dominio de la ortografía, la prosodia, la gramática y el léxico se alcanzaba con una propedéutica dura pero efectiva, a saber, la traducción de los clásicos latinos y griegos, y la lectura de los clásicos de la literatura española: Cervantes, Lope de Vega, Quevedo...  

    Cada reforma educativa es siempre peor que la anterior precisamente porque se pliega al pragmatismo, un pragmatismo insaciable y cada vez más inhumano. Es necesario recordar que el bachillerato tradicional de Claudio Moyano  tenía un objetivo muy simple y coherente: permitir el acceso a la cultura del Libro, que comprendía dos habilidades fundamentales: tener la capacidad de comprender los textos escritos en lengua española de cualquier ámbito de las ciencias o de las letras y  tener la capacidad de producir textos escritos con corrección, precisión y sin ambigüedades. La LOGSE, con su ridículo bachillerato de dos años, se cargó definitivamente aquella coherencia interna y desde entonces ya no hay consenso acerca de lo que debería ser el bachillerato ni si quiera entre la comunidad de los docentes.

Puede objetarse que aquel sistema educativo era elitista, segregacionista y reduccionista pues olvidaba una lista de habilidades que, afortunadamente, tienen espacio en la educación moderna. De acuerdo, pero habría debido buscarse la manera de hacer la educación igualitaria, de  potenciar la totalidad de las habilidades y de prestigiar la formación profesional sin dañar la excelencia científica y humanística.

El que escriba "habrir" no debería graduarse